Precio aprox: 45-96€/persona (sin bebida).
En Semana Santa, julio y agosto abre todos los días comida y cenas.
De marzo a mitad de octubre: abre de X a S comidas y cenas, D solo comidas (cierra domingo noche, lunes y martes).
Cierra desde mediados de octubre a primeros de marzo, aunque se plantean abrir los fines de semana.
Accesible para sillas de ruedas: No.
Comida sin gluten: Sí.
Platos vegetarianos y veganos: Sí, consulta antes.
Mascotas: Sí
Ctra. AL-3108, Níjar - San José, 20, El Pozo de los Frailes, Níjar, Cabo de Gata, Almería.
No tiene web. Instagram: @restaurantelagallineta.
Un restaurante del que te enamoras nada más llegar.
Una antigua villa con aires mediterráneos y un jardín a la entrada en el que es una gozada cenar a la luz de las velas.
Pero el interior también es digno de disfrutar en cada una de sus salas, decoradas con mucho encanto y detallismo.
La carta se basa en tres pilares que permiten acertar sea cual sea el gusto de cada uno, desde una gran variedad de arroces, especialmente originales algunos, a cocina mediterránea y una tercera y destacable propuesta internacional, siempre con mucha personalidad.
Empecemos por la materia prima, donde hay una clara y decidida apuesta de cercanía, de km 0.
Desde la maravillosa huerta almeriense, una de las más afamadas del mundo, a la ganadería local, como el cabrito y la perdíz, pero también otras piezas de caza que no suelen ser muy valoradas y aquí potencian con sabiduría y buena mano.
Claramente dividen su carta en 3 apartados: Platos de tradición mediterránea, Sabores de nuestros viajes y Arroces.
Carta en marzo 2024:
Algunas de sus propuestas para hacerte una idea: chérigan de atún con alioli de trufa y remolacha; takoyaki de pulpo “estilo Osaka” con salsa de anguila y bonito ahumado; crujiente de pescado con salsas de harissa picante, fresa y limón y yogur con hierbabuena; pastela de cabrito de los Filabres al estilo Beni Mellal, suquet de pescado y marisco...
Destacan por sus arroces, pero con una personal e interesante propuesta que marca la diferencia con lo habitual en la zona.
Hasta 12 opciones de arroces, desde clásicos como abanda, senyoret o de verduras; a originales como de lima kaffir y atún marinado; de miso con algas y katsuobushi; o su gran éxito, el negro con chipirones y algas.
Deliciosos postres caseros como deconstrucción de nuestra tarta de limón, sorbete artesanal de yuzu; hojaldre de manzana caramelizada con helado de canela; tarta de queso Idiazábal y napoleón de mermelada de fruta...
Su carta especifíca los diferentes alergenos.
Consulta la carta completa online del Restaurante La Gallineta en El Pozo de los Frailes.
Cuenta con una imponente bodega, de las más extensas del parque natural, con una escogida representación de vinos de múltiples denominaciones de España y allende fronteras; cavas, champagne y espumosos; una reforzada oda al vermú, finos, vinos dulces y hasta sidra natural.
Como siempre nos encanta probar los vinos de la tierra, agradecemos que prioricen una amplia selección de Almería.
Es una de las tapas estrella de Almería. Rebanada de pan untada con ali oli, tomate, ajoblanco.. y algún ingrediente rico encima: jamón, atún, caballa, queso, tortilla, huevo…
Parece que el origen de la palabra “chérigan” tiene su aquél y se remonta a los años 50-60.
Dicen que proviene del inglés “sheriff gun”, pistola del shériff. Y su origen se debe al dueño y cocinero de un bar almeriense llamado Parrilla Colón, a espaldas del Café Colón, al que apodaban shériff, dado su carácter.
Como las rebanadas de pan que utilizaba para sus tapas de tostada eran muy alargadas, con forma de pistola (gun), la gente empezó a llamarlas “shériff gun”. Al españolizarse con el gran humor almeriense quedó en “chérigan”.
Hay que destacar que los almerienses han desarrollado su particular vocabulario, lleno de creatividad, maestría y gracia, que debería ser reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Una gran casa con aires mediterráneos, en su más amplio concepto.
Da la bienvenida un acogedor jardín con árboles, muy agradable, especialmente para cenar por la noche a la luz de las velas y con el ambiente musical que proviene de una curiosa vitrola antigua colocada en su pedestal.
Al estar vallado, la independencia e intimidad frente a la carretera que pasa por la puerta es total.
Imponente la bella fachada con grandes ventanales y una gigantesca y maravillosa puerta principal, y tres coquetos espacios en interior decorados con mucho estilo.
Para potenciar la gran creatividad que inspira esta tierra, realizan exposiciones de fotógrafos y pintores locales, obras que puedes comprar.
Espacio para unos 55 comensales entre el interior y el jardín.
Triunfan el arroz negro con chipirones y algas, el arroz con lima y atún marinado y la pastela de cabrito de los Filabres al estilo Beni Mellal.
Antiguamente la casa era un ultramarinos con la vivienda anexa, pero en 1997 se habilitó para abrir un restaurante francés que funcionó durante unos años para un público algo sofisticado.
En 2004, el chef alicantino Luis Corbí abrió La Gallineta. Su gran maestría con los arroces, la cocina mediterránea y algunos platos con un toque internacional, lo convirtieron en uno de los referentes de la zona.
Tras unos años llevando la sala, su hijo David asumió las riendas en 2015 junto a su pareja Cristina Betancourt, ampliando la carta internacional, en la que van incorporando aquellos platos que les marcan en sus viajes.
Así, La Gallineta es una gran familia, donde los empleados son fijos y los proveedores son vecinos, como el pescadero o el frutero, y la señora mayor del pueblo que les prepara los gurullos para uno de los platos tradicionales que ofrecen.
Pero sin limitarse, porque una cocina internacional también requiere profesionales con mundo a sus espaldas, y por ello el chef se lo trajeron de uno de sus viajes por el otro lado del Atlántico.
Y como en la zona también hay mucho arte, ponen sus paredes a disposición de artistas locales para ayudarles a mostrarse y vender sus obras.
Puedes reservar directamente a través de Google Maps en este enlace o llamando al 646515868.
Se encuentra en la carretera AL-3108 entre Níjar y San José, en el mismo centro de la aldea de El Pozo de los Frailes, donde la calle se ensancha con un pequeño espacio para aparcar en la puerta.
Fotos: Iñigo Quintanilla (Best Rural Spain).
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