Bib Gourmand (mejor relación calidad-precio) de la Guía Michelín.
1 Sol Guía Repsol.
Elegido entre los 100 Mejores Chefs Emergentes del Mundo.
Precio aprox: 27-53€/persona (sin bebida).
Abre J a D, SOLO COMIDAS.
Parque infantil.
Comida tradicional asturiana cuidada al detalle en un ambiente con mucho encanto, decorado con mimo en un estilo rústico muy acogedor, en plena naturaleza.
Al Molín de Mingo no solo vas a comer estupendamente, vas a disfrutar de un lugar extraordinariamente acogedor, a descubrir los encantadores rincones que han creado en cada esquina, a pasear un rato entre animales de granja, a hincharte a hacer fotos y a sentirte en la gloria durante un par de horas.
En 2021 ha sido elegido entre los 100 Mejores Chefs Emergentes del Mundo, incluido en la lista por el gran cocinero José Andrés.
Cuenta con el reconocimiento Bib Gourmand (mejor relación calidad-precio) de la Guía Michelín y con 1 Sol de la Guía Repsol.
La protagonista es la carne, con diferentes variedades cocinadas al estilo tradicional de estas montañas, como el cabritín guisado, jabalí estofado, presa o pluma ibérica, solomillo de buey y, por supuesto, no podía faltar un cachopo, que en esta casa se hace también con buey.
Aunque el plato emblemático es su famoso pitu de caleya con arroz.
El pitu de caleya (“pollo de camino”) es un pollo de de raza autóctona que se cría en libertad y de forma natural, comiendo lo que encuentra por el campo, como lombrices, insectos y semillas, aunque también se le da buen maíz, sin triturar y sin aditivos. Y se deja vivir, al menos, 1 año de vida, por lo que alcanza un tamaño mayor que el pollo de corral. Gracias a su dieta sana y buena vida en libertad consigue una carne de mayor calidad, más oscura, con menos grasa, más prieta y muy rica.
Nadie mejor que el chef más genial y creativo del mundo, Dabiz Muñoz, del Restaurante Diverxo (entre otros), para contártelo:
De los entrantes, a nosotros siempre nos pierde su único plato con aires marinos: las anchoas ahumadas con aguacate, aunque destacan sus tortos variados y los diferentes tipos de croquetas caseras.
De postres tienes para elegir: frixuelos con chocolate, tarta de la abuela (crema y chocolate), arroz con leche…
Ojo, las raciones de los platos principales son muy abundantes.
Llama gratamente la atención la amplia lista de vinos y cervezas por su rebuscada selección y variedad.
También cuentan con 3 menús (bebida aparte):
- Menú de temporada por 35€/persona (4 platos a elegir).
- Menú de arroz por 30€/persona (entrante + arroz con pitu o jabalí + postre casero).
- Menú infantil por 16€/persona (entrante + principal + postre).
El menú es a mesa completa, es decir, para todos los comensales.
Es un lugar casi idílico, en el que apetece quedarse todo el día. Empezando por el exterior, un pequeño valle rodeado de montañas plenas de vegetación, junto a un precioso río donde funcionaba el antiguo molino, y todo ello plagado de animales de granja que hacen las delicias de los niños: conejos, gallinas, gallos, patos, gatos, perros…
No podía faltar un hórreo, aquí perfectamente acondicionado y decorado donde a veces se puede picar o tomar una copa.
Y para los más peques, un sencillo parque infantil vallado para que puedan entretenerse si la sobremesa se alarga.
En cuanto al edificio del restaurante, ha sido remodelado y ampliado con porches acristalados que permiten comer a resguardo pero rodeado de naturaleza. Y su interior ha sido decorado con mucho gusto, respirando ese toque rústico y coqueto de estilo nórdico que resulta muy acogedor y apetecible.
Si el tiempo acompaña, es una delicia comer en alguna mesa de las que ubican fuera, rodeados de naturaleza.
Espacio aproximado para 95 personas.
De comida, por supuesto, es imperativo probar el arroz con pitu.
Tras la comida, dar un pequeño paseo por el puente y el corral, sobre todo si vas con niños. Van a alucinar con tanto animal de granja.
Si te gusta hacer fotos chulas, en el Molín hay varios rincones muy vistosos, como la orilla de hierba al otro lado del río, donde a veces hay algunas sillas solitarias mirando al agua que piden ser inmortalizadas, un camino mágico que se pierde en el bosque y un gallo multicolor que posa y se pasea a sus anchas.
El Molín es un negocio familiar, tradicional de toda la vida en la zona, que en los últimos años ha ido modernizándose y creciendo de la mano de Dulce, la hija que cogió las riendas con mucha maestría y pasión.
Desde que lo conocimos hace más de 10 años, la evolución ha sido espectacular, convirtiéndose en uno de los referentes del Oriente asturiano. Y por aquí se alzan nada menos que 3 restaurantes con Estrella Michelín, entre ellos el del marido de Dulce, el gran Nacho Manzano, con su restaurante emblemático, Casa Marcial.
Año a año, el Molín de Mingo va subiendo el nivel, y disfrutando de un éxito cada vez mayor. Y es que la personalidad que Dulce está imprimiendo a este templo del buen vivir es única, y estamos seguros que seguirá brillando cada día más.
MUY IMPORTANTE: NO TE GUÍES POR GPS, ya que te llevará por un camino más complicado y lento.
El mejor camino es desde la N-634 que une Ribadesella y Arriondas saliendo a Peruyes.
Tras atravesar Peruyes por la vía principal, hay que conducir 4km, unos 10 minutos, adentrándonos en los valles entre montañas por una estrecha carretera que se convierte en camino (caleya) en su última parte. Aunque hay algunas bifurcaciones en la carretera, la ruta está bien señalizada en cada cruce, por lo que no tiene pérdida.
Eso sí, como en todas las zonas rurales, recomendamos (y también la Dirección General de Tráfico) no guiarse por el navegador, porque en carreteras rurales puede complicar los trayectos más de lo necesario.
Seleccionamos para ti los mejores establecimientos para comer en toda la zona:
Los mejores restaurantes de Cangas de Onís.
Los mejores restaurantes de Picos de Europa.
Los mejores restaurantes de Ribadesella, Lastres y Tazones.
Los mejores restaurantes de Llanes.
Foto cabecera: Molín de MIngo.